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Las Vírgenes de El Paso


Hoy y mañana tiene lugar en Riogordo una peculiar forma de transmitir la historia de la vida y muerte de Jesús de Nazaret hace mas de dos mil años. A través de catorce escenas y más de 500 actores y actrices, miles de espectadores tendrán la oportunidad de vivir una vez más los sentimientos más íntimos de unos hombres y mujeres aficionados al teatro, habitantes de la localidad, que dan lo mejor de sí en esta representación catalogada de Interés Turístico de Andalucía y Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Ya han transcurrido nada menos que 60 años desde que en el año 1951 Ricardo Sánchez Mezcua y Tiburcio Martín Toledo alumbraran esta manifestación popular, la expresión más viva, bella y emotiva de la pasión.

Una junta organizadora se encarga de ultimar preparativos, reuniones y ensayos con ilusión y entrega, de la adecuación del recinto, de los retoques del escenario y de poner todo el esfuerzo para que la unión y colaboración del resto de los habitantes de Riogordo, en ese contingente elevado de actores, pongan la intensidad y el realismo a la puesta en escena del drama del Gólgota.

En esta edición, por primera vez en la historia, una mujer, Toñi Madrona, ha asumido el reto de la dirección artística de la obra, relevando a quien durante tantos años ha ejercido tan encomiable labor, José E. López de Vinuesa.

Desde 1951, un total de 14 mujeres han sido protagonistas por interpretar el papel de la Virgen María . Desde María Díaz Sánchez a Sandra Alés Palomo, cada una de estas quince jóvenes han dado vida a la madre de Jesús. Con estilos diferentes, con variados sentimientos, con emociones diversas, cada una ha deslizado por sus mejillas las sentidas lágrimas que cualquier madre vertería por la pérdida de su hijo.

Las actrices

María Díaz Sánchez, actriz en los años 50,(r.i.p.) nos recordaba con alegría y nostalgia los ensayos en la iglesia y comentaba la gratificante vivencia personal que atesoraba al pronunciar la emotiva despedida: «Soy tu madre, que afligida, su postrera despedida, te viene Jesús a dar».

Esperanza Cómitre Martín, pese a su timidez, relata que aceptó representar a María porque era uno de los honores más grandes que podía vivir y porque se sentía entusiasmada por la unión entre los vecinos del pueblo, que aún hoy se mantiene.

María del Carmen Porras Narváez, intérprete en la década de los años 60, considera un privilegio y un sueño haber vivido tan gratificante experiencia junto a la maestra de entonces Lola Maddly y destaca de aquellos años su esfuerzo personal para acudir a los ensayos en una vieja Alsina por la carretera de los Montes, recorrido que le suponía cerca de cuatro horas.

Carmen Martín Díaz considera su interpretación como un deber, primero por ser riogordeña y después por sentir la tradición heredada de su tía María, que continuó durante un total de cinco años hasta su casamiento y traslado a Barcelona. Pese a la distancia considera que parte de su corazón sigue ligado a los tres meses largos de ensayos en el antiguo cine y a algunos otros personajes como al de criada de Caifás que tampoco ha olvidado.

Pepa Luque Rodríguez recuerda sobre todo la vida que cobraba el municipio y sus gentes, la rutina del largo invierno rota con las noches de ensayos, los calambrazos que daban los micros en los días de lluvia además de los besos y felicitaciones de un nutrido grupo de monjas.

Josefa Cuevas Fernández trae a su memoria las exigencias del director de escena para que le pusiera más sentimiento en la interpretación y los ensayos llorando delante de un espejo.

Obdulia Sánchez Pascual sigue sintiendo el deseo de colaborar con el pueblo, como hiciera en los años 80 interpretando personajes como Criada de Pilatos, Herodías y luego Virgen, y se siente también compensada por la emoción de los desfiles a la Tractora y la gente que aplaudía el trabajo y esfuerzo colectivo.

Para Pepi García Cabrillana hacer el personaje le supuso a la vez que miedos y nervios, satisfacción y orgullo además de una gran responsabilidad.

Televisión japonesa

A Rosa María Cordero Palomo el papel le supuso un reto personal importante y aún conserva recuerdos de las horas de filmación, y el lío de cámaras y micrófonos de un equipo de la televisión japonesa que retransmitió el evento para este país.

En su papel de actriz principal, Nuria Rodríguez Lavado vuelve la vista atrás como vecina de El Calvario y la transformación que experimentaba el recinto con los vecinos del Camino de Vélez, del Cerrillo, de los de la plaza.

Inmaculada Gavilán Pascual, la más longeva en la interpretación, sigue entusiasmada con la declamación y los distintos momentos de fuerza, dulzura, tristeza, amor, coraje y el énfasis de dolor que daba al personaje por una madre que siente que va a perder a su hijo.

Gema Bravo une a su pasión por la danza la del teatro y María del Carmen Rivero compatibiliza la interpretación con la docencia.

Sandra Alés Palomo interpreta en esta edición el personaje por segunda vez y confiesa haberse sentido demasiado joven para representar a la madre de Jesús.

Todas y cada una de las mujeres que han interpretado a la Virgen María han aportado su granito de arena y se sienten orgullosas y honradas de formar parte de esta gran obra que celebra su sesenta cumpleaños. Que ustedes lo disfruten.

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