Tormentas que dejan más de 50 litros en menos de dos horas y riadas en varios pueblos de la provincia en un septiembre atípico. Son los efectos del cambio climático, que hará que la estación que comienza ahora sea más lluviosa y calurosa de lo habitual.
Frente frío y húmedo
Málaga, al igual que otras provincias del sur de España, suelen tener un buen clima gracias al anticiclón de las Azores, que nos protege del mal tiempo. La sequía, por ejemplo, que nos ha abandonado afortunadamente este año, fue producto del anticiclón, que evitó que llegarán masas frías o húmedas, que son las que provocan las lluvias. Esta semana el anticiclón se ha estirado hacia el norte de Europa y eso ha provocado que los embolsamientos de aire frío que suele haber en estas latitudes hayan descendido hacia la Península Ibérica, como explica el nuevo director del Centro Meteorológico de Málaga, perteneciente a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Cuando esta masa de aire frío llega a los niveles altos de la atmósfera y choca con el aire caliente produce estas tormentas.Cuanto más cálido es el aire más capacidad para absorber vapor de agua, que a su vez produce nubes, y éstas son las que desencadenan las precipitaciones. Todas las tormentas traen aparejado el granizo, lo que pasa es que en algunas éste se disuelve en la atmósfera antes de llegar a la Tierra.
Y sí, las tormentas son propias de finales de septiembre o de octubre, pero éstas se han adelantado en el tiempo. No obstante, el mes de septiembre de 1957 deparó a Málaga la precipitación más grande de la historia: 300 litros por metro cuadrado en sólo 24 horas.
El Panel Integubernamental del Cambio Climático en 2007 lo dejó claro: se producirá un empeoramiento de las condiciones, con altas temperaturas y sequías en una región como Andalucía, y en este caso Málaga, que ya es vulnerable.
Frente frío y húmedo
Málaga, al igual que otras provincias del sur de España, suelen tener un buen clima gracias al anticiclón de las Azores, que nos protege del mal tiempo. La sequía, por ejemplo, que nos ha abandonado afortunadamente este año, fue producto del anticiclón, que evitó que llegarán masas frías o húmedas, que son las que provocan las lluvias. Esta semana el anticiclón se ha estirado hacia el norte de Europa y eso ha provocado que los embolsamientos de aire frío que suele haber en estas latitudes hayan descendido hacia la Península Ibérica, como explica el nuevo director del Centro Meteorológico de Málaga, perteneciente a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Cuando esta masa de aire frío llega a los niveles altos de la atmósfera y choca con el aire caliente produce estas tormentas.Cuanto más cálido es el aire más capacidad para absorber vapor de agua, que a su vez produce nubes, y éstas son las que desencadenan las precipitaciones. Todas las tormentas traen aparejado el granizo, lo que pasa es que en algunas éste se disuelve en la atmósfera antes de llegar a la Tierra.
Y sí, las tormentas son propias de finales de septiembre o de octubre, pero éstas se han adelantado en el tiempo. No obstante, el mes de septiembre de 1957 deparó a Málaga la precipitación más grande de la historia: 300 litros por metro cuadrado en sólo 24 horas.
El Panel Integubernamental del Cambio Climático en 2007 lo dejó claro: se producirá un empeoramiento de las condiciones, con altas temperaturas y sequías en una región como Andalucía, y en este caso Málaga, que ya es vulnerable.
Choque de partículas
Los rayos también han hecho aparición esta semana, provocados por la entrada de las masas de aire frío. «En la atmósfera se produce un choque de partículas, de forma que las de carga positiva se quedan a un lado de la nube, y las de carga negativa se sitúan al otro lado. Entonces se crea un campo eléctrico y se produce el rayo. En estos casos, hay que evitar salir de casa y mantenerse dentro de los coches, ya que éstos protegen como una caja Faraday, que preserva de los campos eléctricos, y así toda la carga se queda fuera.
¿Han beneficiado estas lluvias al campo y al monte? En el primer caso sí. El campo, en general, ha obtenido mejoras, sobre todo en la aceituna, la arboleda y los pastos para la ganadería, pero para el monte no ha sido especialmente bueno, por lo menos para las zonas que están desprovistas de vegetación.
El presidente de Asaja-Málaga, Carlos Blázquez, subraya que menos en zonas puntuales como Yunquera o Riogordo, que han sido afectadas por el pedrisco, la lluvia ha sido buena. «Ha beneficiado al olivar, ya que la aceituna estaba pequeña y arrugada y ahora se ha llenado de agua y se ha estirado; también a los cítricos, almendros, castaños, aguacates, mangos, así como a la generación de pastos para la ganadería». Sin embargo, el monte, el desprovisto de arboleda, ha sufrido fuertes procesos de erosión y desertización, un fenómeno que ya afecta a Málaga. El suelo de Málaga tiene componentes de arcilla, que es un material que escupe el agua; por eso tras el verano, cuando está muy seco, lo mejor son las lluvias suaves para que el agua vaya calando y no estas trombas, que lo único que hacen es arrastrar la capa más orgánica de la tierra, en la que se produce la vida, y la deja desprovista de su capacidad para mantener la vegetación».
Los rayos también han hecho aparición esta semana, provocados por la entrada de las masas de aire frío. «En la atmósfera se produce un choque de partículas, de forma que las de carga positiva se quedan a un lado de la nube, y las de carga negativa se sitúan al otro lado. Entonces se crea un campo eléctrico y se produce el rayo. En estos casos, hay que evitar salir de casa y mantenerse dentro de los coches, ya que éstos protegen como una caja Faraday, que preserva de los campos eléctricos, y así toda la carga se queda fuera.
¿Han beneficiado estas lluvias al campo y al monte? En el primer caso sí. El campo, en general, ha obtenido mejoras, sobre todo en la aceituna, la arboleda y los pastos para la ganadería, pero para el monte no ha sido especialmente bueno, por lo menos para las zonas que están desprovistas de vegetación.
El presidente de Asaja-Málaga, Carlos Blázquez, subraya que menos en zonas puntuales como Yunquera o Riogordo, que han sido afectadas por el pedrisco, la lluvia ha sido buena. «Ha beneficiado al olivar, ya que la aceituna estaba pequeña y arrugada y ahora se ha llenado de agua y se ha estirado; también a los cítricos, almendros, castaños, aguacates, mangos, así como a la generación de pastos para la ganadería». Sin embargo, el monte, el desprovisto de arboleda, ha sufrido fuertes procesos de erosión y desertización, un fenómeno que ya afecta a Málaga. El suelo de Málaga tiene componentes de arcilla, que es un material que escupe el agua; por eso tras el verano, cuando está muy seco, lo mejor son las lluvias suaves para que el agua vaya calando y no estas trombas, que lo único que hacen es arrastrar la capa más orgánica de la tierra, en la que se produce la vida, y la deja desprovista de su capacidad para mantener la vegetación».
Según los modelos de predicción que utiliza el Centro Europeo de Predicción, del que España es miembro, se prevé que el otoño traiga temperaturas relativamente más altas de lo habitual y precipitaciones más abundantes de lo normal. Así el calor y las lluvias propiciarán un clima más húmedo. Aunque esta predicción es sólo un adelanto, ya que con cierta precisión, el clima sólo se puede saber con unos cuatro o cinco días de antelación, según subrayan los expertos.
Sin embargo, esta semana se ha producido una fuerte bajada de las temperaturas en la provincia, algo inusual también en esta época del año, en la que tradicionalmente suele hacer buen tiempo.
Sin embargo, esta semana se ha producido una fuerte bajada de las temperaturas en la provincia, algo inusual también en esta época del año, en la que tradicionalmente suele hacer buen tiempo.
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